El ibicenco, como sucede en cualquier tierra de campesinos y pescadores, dedica una parte importante de su vida a hacer feliz a la gente que tiene próxima a través del placer de la comida. Antaño, no existía una sola casa donde no se cultivaran hortalizas, verduras y frutas, que se recolectaban en el último momento, cuando alcanzan el punto óptimo de maduración. También criaban ganado, sobre todo ovejas, cabras y cerdos; pescaban las deliciosas especies de roca que habitan el mar de Ibiza y cazaban aves y liebres. Hoy, todavía son muchos quienes siguen cultivando un huerto y criando animales. Pero aquellos que ya no los tienen, exigen la misma frescura y calidad en los mercados locales, de forma que la materia prima continúa siendo la misma.
Resulta sorprendente que en un lugar tan pequeño, la variedad y abundancia de género sea tan dispar. Esta circunstancia, sumada al legado de las distintas culturas que a lo largo de la historia han dominado la isla y a la propia condición de insularidad, han originado una cultura gastronómica extraordinaria, con platos que oscilan con las estaciones y aprovechan cada oportunidad que regala la naturaleza.
En este blog iremos recopilando esas recetas que se disfrutan desde hace siglos en la isla, con el objetivo de que, dentro de un tiempo, tengamos una auténtico recetario de la gastronomía de Ibiza. Cada plato se cocina de manera singular en cada casa y algunos de ellos saben completamente diferentes en una vivienda de Sant Jordi que en otra de Sant Carles. En ‘Ibiza en tu plato’ ofrecemos las recetas a la manera de Sant Josep, que es donde viven y han crecido las integrantes del Consejo Asesor del blog: mi madre y sus hermanas de Can Serra, y mis tías de Can Benet, la casa donde nació de mi padre.
Todas ellas se pasan la vida dándonos de comer y regalándonos felicidad en sus platos. Cocinan lo mismo para dos personas que para cincuenta y todavía no he vivida una sola jornada donde una receta saliera mal, por mucho que ellas casi siempre hagan autocrítica porque no están convencidas del resultado. Eso, obviamente, también forma parte del ritual.
En la foto inferior prácticamente están todas. De izquierda a derecha, la tía María (Can Serra), la tía Mari (Can Benet), la tía Marga (Can Serra), la tía Cati (Can Benet), mi madrina Margarita (Can Benet), la tía Pepa (Can Serra), la tía Esperanza (Can Serra), la tía María (Can Benet) y mi madre Catalina (Can Serra). Los platos que irán surgiendo son fruto de su sabiduría y experiencia. La misma que a ellas les transmitieron sus madres, abuelas y tías. Un conocimiento que, desde este blog, tratamos ahora de hacer universal.